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Celia Viñas Olivella
Celia Viñas nació en Lérida el 16 de Junio de 1915. Su padre fue Catedrático de matemáticas y pedagogía en la escuela de Lérida y su madre, siempre una lectora infatigable, destacó por su gran inteligencia. De ella Celia heredó ambas virtudes.
Su infancia y adolescencia las pasó en Palma de Mallorca donde cursó la enseñanza básica y el bachillerato.
Finaliza el bachillerato en el curso 1932-1933, seguidamente se marcha a Barcelona a estudiar Filosofía y Letras en la sección de Filología Moderna y grupo de Románicas. Posteriormente realiza la prueba de reválida en la Universidad de Barcelona obteniendo sobresaliente por unanimidad del tribunal.
Tras la guerra civil obtuvo su título y pasó un año en Palma de Mallorca trabajando como bibliotecaria en el circulo Mallorquín, siendo becaria del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
En 1943 obtuvo la Cátedra de Lengua y Literatura con el Nº 1 por unanimidad del Tribunal. Fue destinada a Almería donde tomó posesión de su cargo el 1 de Marzo de 1943.
Estando en Almería cursó Magisterio en la escuela normal en el curso 1946-1947 acabando con la calificación de sobresaliente. En esta escuela conoció a su marido, catedrático de dicha escuela, Arturo Medina Padilla. Se casaron el 8 de Septiembre de 1953 en Palma de Mallorca y vivieron en la Calle General Luque nº 25.
Su ilusión siempre fueron los niños y por eso siempre quiso ser maestra de párvulos. Fue una profesora entregada a su trabajo; siempre intentó inculcar a sus alumnos el amor a la literatura y el gusto por la belleza literaria. Celia se implicó hasta tal punto que le acarreó más de un disgusto su talante liberal ante las injusticias llegando a tener una denuncia ante el Ministerio de Educación, acusándola de pervertir a la juventud. Cuando esto sucedió fueron los propios alumnos los que la defendieron ante la sociedad. También fue defendida por algunos compañeros entre ellos el director del instituto Francisco Sáiz que, además, la nombró Jefa de Estudios donde desarrolló una labor cultural y educativa de gran transcendencia en una Almería de escasas inquietudes intelectuales.
Tuvo una importancia significativa en el despertar cultural de Almería en aquellos años formando parte activa en el movimiento Cultural Indaliano junto a Jesús de Perceval, su fundador, al que conoció en Madrid.
Celia Viñas siempre tuvo la ilusión de tener hijos, ya que los niños siempre fueron su ilusión, pero desgraciadamente tenia un impedimento físico que en aquellos tiempos era un obstáculo casi insalvable. Tenia unos miomas en el útero. Para ello se sometió a una intervención de la que nunca se recuperó. Murió en 1954, cuando solo llevaba un año casada con Arturo Medina a la edad de 39 años. Su entierro fue todo un acontecimiento con sus alumnos portando el féretro.
De este modo desapareció una figura innovadora en el campo de la pedagogía, que impregnaba sus clases de su pasión por el saber y que motivó a sus alumnos a superarse día a día en su formación.
Su amigo Jesús de Perceval, le dedicó un busto en una de sus plazas más queridas, la Plaza Bendicho.