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Se trata de una muestra del autor Amós García Cruz compuesta por más de 30 fotografías en las que resalta el mundo interior de los niños con autismo

La Sala Jairán del Centro de Interpretación Patrimonial (CIP), ubicado en plena Plaza Vieja de la capital, acoge desde hoy una nueva exposición en sus paredes. Durante el mes de abril, almerienses y visitantes van a poder disfrutar de la muestra ‘El observador de nubes’, del autor Amós García Cruz.

El concejal de Turismo, Comunicaciones y Promoción de la Ciudad, Joaquín Pérez de la Blanca, ha sido el encargado de inaugurar esta exposición que se exhibe de la mano de Colectivo Fotográfico Desencuadre. El máximo responsable del área ha reconocido que “aprovechando la Semana por el Día Mundial del Autismo, el Ayuntamiento de Almería, en colaboración con el Colectivo Desencuadre, ha querido traer a esta sala esta exposición que muestra distintas instantáneas de un niño con autismo”.

“En total, son alrededor de 30 fotografías que podrán visitar en esta Sala Jairán durante los próximos días en el horario habitual de este espacio museístico. Como siempre, para el Ayuntamiento de Almería es un verdadero placer acoger estas exposiciones que vienen a enriquecer el patrimonio cultural de nuestra ciudad y a engrandecer la oferta de ocio”, ha expresado el edil.

Por su parte, el autor de la obra, Amós García Cruz, ha afirmado que “el protagonista de la exposición es mi hijo, quien tiene autismo”. “Con esta muestra, mi intención es mostrar cómo es la convivencia con Rafael, su espontaneidad y la forma de relacionarse con el entorno”, ha añadido el autor.

Para finalizar, ha asegurado que “sensorialmente a ellos les llega la información de una forma completamente distinta a la que nos llega a nosotros. El interés que tiene por elementos como el agua, el sonido o la forma de ver las nubes me incitó a materializar en fotografías su forma de vida”.

Así, ‘El observador de nubes’ se trata de una exposición fotográfica que capta con gran belleza el mundo interior de los niños con autismo, su memoria prodigiosa y la fascinación que sobre ellos ejerce lo visible durante un periodo de tiempo prolongado. Todo ello, con el objetivo de concienciar sobre niños con autismo como Rafael, quien, en palabras del autor, está “sumergido en ese otro universo, particular y difícilmente accesible, definido por los sonidos, las texturas, las formas y los detalles”.